jueves, 31 de marzo de 2011

EL PARAMO DE SANTURBAN

La empresa canadiense GreyStar retirará el proyecto de exploración minera de oro en el Páramo de Santurbán en Santander. La decisión fue anunciada este jueves por el ministro de Minas, Carlos Rodado, quien afirmó que había recibido una llamada del presidente de la compañía, Steve Kesler, anunciándole el desistimiento de sus solicitudes ante INGEOMINAS y el Ministerio de Medio Ambiente para darle luz verde al proyecto.

Durante los últimos tres meses el proyecto de Angostura había sido protagonista de un encendido debate que tenía enfrentada a parte de la industria minera y empresarial con un amplio sector de la población de Bucaramanga y los ambientalistas del país. La empresa calculaba extraer de la zona 16 toneladas anuales de oro, lo cual representaría hoy una tercera parte de la producción anual del país.

La compañía estaba pidiendo autorización de las autoridades ambientales para extraer oro en 1.100 hectáreas de la serranía de Santurbán, de las cuales más de la mitad podrían estar en zonas de páramo, clave para el suministro de agua de Bucaramanga y sus alrededores. Por el alto valor de estos ecosistemas -que es donde se produce el 70 por ciento del agua del país- y porque el Código Minero prohibió la explotación en estas zonas, la iniciativa de GreyStar levantó una fuerte oposición. La última audiencia pública que se realizó en Bucaramanga sobre el tema tuvo que ser suspendida porque el debate terminó en disturbios luego de cuatro horas de gritos, insultos y botellazos.

El presidente Santos dijo durante la visita de Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos y premio Nobel de Paz por su trabajo en cambio climático, que quería enviar una señal clara y contundente. Dijo que “en Colombia, el título que otorga un derecho para la exploración minera no concede automáticamente el derecho a la explotación”. El presidente hizo énfasis en que este era un derecho condicionado a la obtención de la licencia ambiental. Esta era exactamente la situación jurídica en la que se encontraba GreyStar.

LOS PARAMOS

Los páramos, también conocidos sólo como "páramo”, son ecosistemas de montaña andinos que pertenecen al Dominio Amazónico. Se ubican discontinuamente en el Neotrópico, desde altitudes de aproximadamente 2900 msnm hasta la línea de nieves perpetuas, aproximadamente 5000 msnm.
Dada su latitud ecuatorial y gran altitud, ecosistemas similares pero con distintos nombres locales se encuentran en África oriental, en Papúa Nueva Guinea y en otras áreas netamente tropicales con montañas muy elevadas. Por lo menos en términos paisajísticos y evolutivos son muy parecidos a los páramos andinos. Las adaptaciones de las plantas a veces hacen que sea difícil, a primera vista, saber si uno está en el Monte Kenya o en un nevado colombiano, por ejemplo, aunque un análisis más detallado demuestra que la cercanía taxonómica de una y otra flora es muy limitada

EL AGUA


En la reciente Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático, celebrada en Cochabamba (Bolivia), se habló ampliamente de una comunidad muy agredida y maltrecha, y se mostraron hacia ella constantes referencias de solidaridad y mensajes de apoyo. Hablaban, claro, del planeta Tierra, la madre naturaleza o la Pachamama, sinónimos todos de la más grande comunidad de vida conocida.
Lo sabemos pero lo ignoramos. La Tierra es un ser vivo, ahora malherido. Sufre una fiebre constante que, si continúa progresando, puede generarle algunas patologías irreversibles. El aire que respira es cada vez más pobre en oxígeno y así, mal alimentada, envejece precozmente. Sus arterias –los ríos, el mar– están contaminadas e infestadas, lo que le resta energías. Las células que la conforman –especies vegetales y animales– corren el riesgo de desaparecer. Y el ritmo que le exige una de estas especies, la humana, es tan acelerado que –dicen los expertos– en menos de 20 años necesitaría una hermana gemela, un segundo planeta, para ser capaz de seguir ofreciendo y regalando todo lo que hoy le exigimos a golpe de perforadora, arrastrando redes sobre su lecho marino y envenenando su fina capa de piel –la tierra fértil– con químicos muy agresivos.
Conscientes de esta realidad, las más de 35.000 personas reunidas en Cochabamba supieron ponerse de acuerdo y sentar las bases de una estrategia común frente al cambio climático, a diferencia de lo ocurrido en Copenhague hace unos pocos meses. Y así ha quedado recogido en el llamado Acuerdo de los Pueblos
El proyecto de una Declaración de los derechos de la naturaleza ya tiene antecedentes. Para la nueva Constitución de Ecuador, la Pachamama es “donde se reproduce y realiza la vida” y “tiene derecho a que se respete integralmente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos