sábado, 27 de agosto de 2011

LA CONTAMINACION DEL AGUA POR LA MINERIA






Uno de los efectos más indeseados de la actividad industrial y minera es la contaminación del suelo. Pero ¿en qué consiste? ¿cuales son los contaminantes que pueden afectar al suelo, y qué efectos tienen sobre sus propiedades físicas y químicas? A lo largo de este capítulo intentaremos entregar una visión general sobre el tema, analizando los aspectos químicos y mineralógicos del mismo.

Contaminantes en el suelo

El suelo es, por principio, el sitio donde van a parar gran parte de los desechos sólidos y líquidos de cualquier actividad humana. Indiquemos no obstante, que los suelos son también el receptáculo de los deshechos no deseables de origen geológico, por ejemplo, de las aguas ácidas con metales pesados provenientes de mineralizaciones sulfuradas aflorantes.

Todo lo que no es de utilidad en los procesos industriales, mineros, urbanos, agrícolas, etc., se acumula en el suelo, en general sin mayores precauciones. Con ello, la escombreras mineras, los productos producidos en una fábrica, muchos desechos líquidos, se han venido depositando sobre los suelos sin control alguno a lo largo de siglos e incluso milenios (recordemos los desechos urbanos y mineros de la Roma clásica).

Por otra parte, la actividad agrícola se ha venido enfrentando durante las últimas décadas a la necesidad de aumentar la producción, sobre dos bases principales: el abonado, y el control de plagas. No tiene relación directa con el tema minero, pero lo cierto es que sus efectos sobre el suelo han sido cualitativa y cuantitativamente mucho más agresivos y devastadores que la actividad minera. Baste con mencionar dos ejemplos, el uso intensivo de nitratos y fosfatos. En países como Reino Unido y Francia existen serios problemas de contaminación de acuíferos con compuestos nitratados. A efectos de comparar la actividad agrícola y la minera basta con observar desde el coche en una carretera cualquiera el impacto de una y otra actividad: mientras es muy difícil ver una mina, los campos dedicados a la agricultura se encuentran por doquier. Recordar que en éstos se vierten anualmente toneladas de fertilizantes y plaguicidas.

En definitiva, las actividades industriales y mineras por un lado, y las agrícolas por otro, han dado origen al problema de que muchos productos de origen humano, o formados gracias a las actividades humanas, han ido a parar a los suelos, generando a su vez otros problemas: la contaminación de aguas subterráneas, la bajada de productividad agrícola, la contaminación de cultivos, y el envenenamiento de ganado, afectando de forma directa, y en mayor o menor grado en casa caso, a la economía y a la salud humanas.

La figura 1 muestra la distribución temporal de los distintos contaminantes o indicadores de contaminación a partir de estudios realizados sobre rocas sedimentarias recientes. Observamos que, salvo algunas inflexiones apreciables debidas a la concienciación sobre estos problemas, el efecto de dispersión de estos contaminantes se sigue produciendo en muchos de ellos.



Buena parte de ellos se pueden considerar, de forma más o menos clara, relacionados con la actividad minera: los metales pesados (aunque una buena parte proceden de procesos de combustión: plomo en las antiguas gasolinas), las cenizas de carbón, los hidrocarburos (procedentes de procesos de transporte), los radionucleidos artificiales, las emisiones de gases derivados de la combustión de carbón. Incluso un mecanismo “geológico” es un excelente indicador de los procesos de contaminación atmosférica: el mal de la piedra, que afecta de forma cada vez más evidente a los monumentos, sobre todo a los situados en la atmósfera urbana, fuertemente agresiva. Venecia es una de las ciudades más afectadas por este proceso. Las esculturas y frisos de mármol son particularmente sensibles al ataque químico en medio ácido, a través de la disolución de carbonato cálcico, principal constituyente del mármol:

CaCO3 + H+ -> Ca2+ + HCO3-.

A pesar del impacto directo de los contaminantes sobre el suelo, el interés social sobre la protección (y aún más, sobre la recuperación) de éste ha sido muy posterior al manifestado por el aire y el agua, probablemente porque los efectos de esta contaminación no son tan evidentes, sino que se ponen de manifiesto a más largo plazo.

En la actualidad, la legislación medioambiental en los países desarrollados pone especial énfasis en la multifuncionalidad del sistema suelo-agua, considerando como sus principales funciones las relativas a: medio y soporte de transporte, filtro de agua, crecimiento vegetal y medio participativo en los ciclos bioquímicos. Las medidas de protección del suelo están orientadas a la prevención de la contaminación local fomentando las medidas de aislamiento y control, así como la reglamentación de emisiones aceptables para contaminación difusa que aseguren el cumplimiento de las funciones del suelo. En los países más avanzados se trabaja en la línea de intentar asegurar la recuperación de los suelos afectados por el problema, impidiendo la venta de terrenos hasta tanto el propietario actual no lleve a cabo esta tarea, de forma que el problema no quede bloqueado por una transferencia de propiedad que diluya responsabilidades.

CONTAMINANTES DE ORIGEN MINERO






La minería en su conjunto produce toda una serie de contaminantes gaseosos, líquidos y sólidos, que de una forma u otra van a parar al suelo. Esto sucede ya sea por depósito a partir de la atmósfera como partículas sedimentadas o traídas por las aguas de lluvia, por el vertido directo de los productos líquidos de la actividad minera y metalúrgica, o por la infiltración de productos de lixiviación del entorno minero: aguas provenientes de minas a cielo abierto, escombreras (mineral dumps), etc., o por la disposición de elementos mineros sobre el suelo: escombreras, talleres de la mina u otras edificaciones más o menos contaminantes en cada caso.

Ya hemos visto en los temas anteriores lo que se refiere a las emisiones mineras a la atmósfera y agua, pero ¿cómo actúan éstas sobre el suelo? ¿Qué interacciones originan?

La presencia de gases contaminantes de origen minero en la atmósfera constituye sin duda un problema menor frente a los de origen industrial o urbano. Esto es debido a que sus volúmenes, comparados con los emitido por otro tipo de actividades, suelen ser limitados. Las excepciones son las relacionadas con la actividad metalúrgica (sobre todo de sulfuros) o de procesos de combustión directa de carbón. En estos casos, las emisiones gaseosas suelen ser ricas en SO2-SO3, lo que implica, como vimos en su momento, la formación de la denominada “lluvia ácida”, cargada en ácidos fuertes como el sulfúrico o el sulfuroso (pasos secuenciales):


Al llegar estos ácidos al suelo producen efectos devastadores sobre la vegetación, infiltrándose en el suelo. Cabe destacar también la acción sobre las aguas continentales (lagos), que puede ocasionar la muerte de peces y otros habitantes de esos ecosistemas.

La lluvia ácida puede producir efectos más o menos importantes en función de la alcalinidad del suelo: cuando el suelo contiene abundantes carbonatos tiene una alta capacidad de neutralizar estos efectos, mediante la formación de sulfato cálcico y liberación de CO2. A su vez, el CO2 liberado en el proceso puede combinarse con el agua del suelo produciendo ácido carbónico y bicarbonatos, que en todo caso son menos fuertes que los ácidos derivados del azufre. Así pues, en ausencia de agentes neutralizadores (carbonatos) la lluvia ácida acaba produciendo una acidificación del suelo, que degrada y oxida la materia orgánica que contiene, reduciendo considerablemente su productividad agronómica y forestal. Además, puede producir tanto la movilización de algunos componentes a través de la formación de sales solubles, como la inmovilización agronómica de otros, que pueden pasar a formar compuestos insolubles, no biodisponibles.

Por su parte, los vertidos o efluentes líquidos que llegan al suelo pueden tener efectos muy variados en función de su composición. En el epígrafe siguiente hablaremos más en detalle de este tema.

La disposición de elementos mineros sólidos sobre el suelo puede tener sobre éste efectos variados:

ü La de escombreras (mineral dumps) puede inducir la infiltración de aguas de lixiviación, más o menos contaminadas en función de la naturaleza de la mena presente en la escombrera en cuestión. Por ejemplo, mientras hay minerales fácilmente lixiviables (p.ej., pirita, esfalerita), otros son mucho más estables (p.ej., galena). De esta manera, es más fácil introducir en las aguas Zn2+, Cu2+, Fe3+, Fe2+ que Pb2+. También produce un importante efecto de apelmazado del suelo, relacionado con el peso de los materiales acumulados, que cambia completamente el comportamiento mecánico de éste incluso después de retirada la escombrera. Otro efecto es el de recubrimiento, que evita la formación y acumulación de la materia orgánica, y el intercambio de gases con la atmósfera.

ü La de los procesos derivados de la lixiviación en pila (heap leaching), comúnmente utilizados para la extracción metalúrgica de uranio, cobre y oro. La mena triturada es dispuesta en agrupamientos rectangulares de unos metros de altura sobre bases impermeables. En el caso del uranio y del cobre las pilas se riegan mediante aspersores con una solución de ácido sulfúrico (en el caso del cobre, se pueden introducir también bacterias de tipo T. ferrooxidans).

LA MINERIA EN EL AGUA

EN LIMA

Brigadas de profesionales de la Dirección de Gestión de Calidad de Recursos Hídricos y la Administración Local de Agua (ALA) Ramis iniciaron hoy la verificación de la calidad del agua en la zona de influencia minera de la cuenca del río Ayaviri, en la provincia puneña de Melgar.
La medida fue dispuesta por la jefatura de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) y el Ministerio de Agricultura.

El objetivo es reconocer el cumplimiento de las normas de protección de los recursos hídricos y verificar las acciones correctivas dispuestas contra la minera Resurrección S.A.C. sancionada por la ALA Ramis tras comprobar que usaba el agua en sus actividades sin contar con el derecho respectivo.

Amarildo Fernández, director de Calidad de Recursos Hídricos de la ANA, explicó que se evaluará el comportamiento estacional de la calidad del recurso y el impacto que ha generado la presencia de la actividad minera en la cuenca del río Ayaviri. Los resultados serán reportados este mes.

El trabajo se realiza en cumplimiento del compromiso adoptado por el ministro de Agricultura, Jorge Villasante; y el jefe de la ANA, Javier Carrasco; tras la reunión sostenida con representantes de Melgar y sus autoridades distritales en Lima.

Del 21 al 23 de junio se llevaron a cabo reuniones entre el Ejecutivo -encabezados por Villasante- y los pobladores de Melgar, donde se abordó la problemática de la contaminación de la cuenca del río Ayaviri por la actividad minera de las empresas Arasi y Resurrección.

El acuerdo fue oficializado con la Resolución Suprema Nº 162-2011-PCM, en la cual se creó la comisión multisectorial a fin de estudiar y proponer acciones respecto a concesiones mineras otorgadas en la provincia de Melgar.

En el sexto artículo de dicha resolución se estableció que la ANA y el Organismo de Evaluación y Fiscalización del Ambiente (OEFA) efectuarán labores de monitoreo y fiscalización permanente y participativa de la calidad del agua y efluentes generados por la actividad minera.


LA MINERIA

Las inversiones de Cerrejón

Tres de las principales multinacionales mineras han puesto sus ojos en La Guajira.
Son la australiana BHP Billiton, la suiza Xstrata y la inglesa Anglo American, las cuales, a través de un consorcio, invertirán US$1.300 millones para expandir la producción de Cerrejón, la principal extractora colombiana de carbón.
El anuncio fue realizado ayer en Melbourne por Jimmy Wilson, presidente de BHP Billiton, quien precisó que cada una de las multinacionales (las cuales poseen participación accionaria en Cerrejón) invertirán US$437 millones: “Así destacamos nuestro compromiso con la inversión en el ciclo de crecimiento y con seguir produciendo al máximo para aprovechar la fuerte demanda de carbón energético”.
El proyecto se llamará P40 y busca que la carbonera colombiana consolide una producción anual de 40 millones de toneladas para 2015. La inversión se destinará a ampliar y remodelar las instalaciones de carga en los muelles de Puerto Bolívar, al igual que la infraestructura de extracción y las vías férreas para el transporte del mineral. Las obras, que se iniciarán este año, serían concluidas en 2013.
Esta noticia representa un voto de confianza para Cerrejón, que se ocupa del 40% de la producción carbonífera nacional y vive días de gloria por el aumento en la demanda de China e India, que le permitió exportar 31 millones de toneladas en 2010 por valor de US$2.300 millones.
Para este año la compañía, que espera aumentar sus exportaciones a 32 millones de toneladas, recibiría un gran espaldarazo por cuenta del contexto internacional si se cumplen las perspectivas del banco Morgan Stanley para el precio del carbón, cuya tonelada pasaría de cotizarse US$98 en 2010 a US$130.
Sin embargo, el anuncio causó que las acciones de las tres copropietarias de Cerrejón se derrumbaran ayer. El título de BHP Billiton bajó 6,5%, al igual que el de Xsastra (se depreció 10%) y Anglo American (cayó 7%).
Se acaba Greystar
La canadiense Greystar, que tiene presencia en la zona de Santurbán (Santander), cambió su razón social por Eco Oro Minerals Corp. Así lo anunció la empresa al señalar que desde el pasado 16 de agosto ya cotiza en la Bolsa de Toronto con el nuevo nombre y ahora debe presentar un nuevo proyecto para Santurbán.